Por: Jorge A. Mejía
Zapopan, Jal. 29 de Octubre 2016
La turbulencia en el sistema político
mexicano pusó a funcionar la maquinaria con fines preelectorales. Ante los
evidentes actos de corrupción de ciertos gobernadores, el sistema partidista
juega sus cartas con el fin de ganar simpatizantes para las elecciones
presidenciales. La primera acción viene desde los pinos; ya que ante la baja
popularidad de tintes históricos del presidente Peña. Se maquiló un plan donde
se simula el combate a la corrupción. Al ver esto, las otras fuerzas políticas
parecen tomar la misma estrategia y, como evolución espontanea. Los políticos
corruptos emergen de las cloacas partidistas para ser llamados por la justicia.
Como dije, estamos ante una simulación
de limpieza que tiene como fin, levantar la imagen del revolucionario
institucional y no ante una real aplicación de la ley. Tenemos como ejemplo el
caso de Javier Duarte en Veracruz, quien
a últimas fechas se le veía en una encrucijada. Desde la presidencia se había
mandado el mensaje de deslinde con el fin de hacernos creer que enfrentaría a
la justicia. Todo derivó en un montaje que incluyo una exclusiva en televisión
nacional para después desaparecer bajo la complicidad de las autoridades.
Políticos como
él podrán perder la aprobación popular y hasta el afuero constitucional para enfrentar a la justicia. Aunque de nada
sirve porque, seguiremos viendo con impotencia como se libran de ella. Se
amparan en el afuero político que es el que realmente les importa. Mientras
existan los acuerdos de impunidad entre las fuerzas políticas, seguirán
apareciendo pillos de este nivel que abundan en la política nacional. Para
nadie era un secreto los malos manejos de Duarte; se vislumbraban desde el
inicio de su mandato, y casi, hasta el momento de su retirada. Cabe mencionar
que ya desde enero del año 2012 comenzaron a salir detalles: en el aeropuerto
de Toluca, fueron asegurados por la policía federal 25 millones de pesos en
efectivo del gobierno de Veracruz; mismos que nadie pudo explicar su
procedencia ni su destino, tras ser decomisados. Días después el mismo duarte
los solicito a la instancia federal, argumentando que pertenecían al pago
adelantado de un empresario de la ciudad de México.
Nos quieren
hacer creer que políticos de estos aparecen de un día para el otro, perdiendo
la cordura, cegados por su voracidad de poder. La verdad es que son parte de un
sistema que está diseñado para que los gobernantes se beneficien del mismo. La
carrera de Duarte puede servir como ejemplo, ya desde junio del 2010 el extinto
Miguel Ángel Granados Chapa publicó un artículo en la revista proceso que
apareció en la edición 1755, en donde se veían los tejes y manejes de un grupo
de políticos que a la postre serian mencionados años después por entonces el candidato
a la presidencia de la república: Enrique Peña Nieto, refiriéndose a ellos como
“el nuevo PRI”. Los casos abundan y para nuestra desgracia no solo se limitan a
protegerse dentro del territorio nacional, cuando Humberto Moreira fue llamado
por la justicia española. El aparato gubernamental intervino para que fuera
exonerado de las acusaciones en suelo español. El crimen organizado fue el
único capaz de cobrar cuentas pendientes y, cuando lo hicieron, Humberto se
derrumbó en lágrimas y lamentos frente a la prensa cuando mataron a su hijo.
El encargado del
ejecutivo federal es quien tiene el poder para llevar ante la autoridad a
dichos elementos, ya en el pasado se ha hecho, sin la necesidad de juicios
políticos. De hecho la administración actual inicio el mandato encarcelando a
Elba Esther Gordillo, como a la vieja usanza, ¿qué les cuesta aplicar la ley en
estos casos? Como pueden ver la justicia la aplican para ajustar la maquinaria
y no para ejercer un estado de derecho. Es ahí es que contrastan las palabras
del presidente cuando dice “Ningún presidente se levanta pensando como joder
México” Sí así fuera aplicaría la ley, empezando por sí mismo aunque todos
sabemos que eso no va a ocurrir. Comenzando por su poca calidad ética y moral
al frente del ejecutivo. Seguido por el hecho que de atacar a los gobernadores,
será equivalente a atacar al poder mismo, pues es ahí donde se sustento el
retorno del PRI, después de su derrota en el año 2000. Estamos pues a merced de
un sistema político que lejos de agonizar parece crecer con más fuerza, lo
lamentable es que lejos de trabajar por el país, nuestros gobernantes se
preparan para los comicios electorales a dos años de los mismos. Esto se veía
venir ante la debacle de la figura presidencial en las últimas encuestas.
Preparémonos entonces para presenciar los destapes de corruptelas y
compadrazgos, aunque muy rara vez para la aplicación de la justicia.
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